PABLO EL MACIZO

PABLO EL MACIZO

martes, 25 de marzo de 2014

Capitulo 7





Ian y María desnudos en la cama retozan como bestias. Él aúlla y cae al lado de su fiel amiga. María está enamorada de Ian, tiene claro que es el hombre de su vida. Disfruta mucho en el terreno sexual pero luego siempre queda con un gusto amargo. Se reclama así misma que permita que ese chico la use, que juegue con ella, que la use sólo para sus desahogos. Siempre se dice que no volverá a estar con él pero el chico está demasiado guapo como para decirle que no. Acaba cayendo en sus brazos una y otra vez. Ian es consciente de la atracción que ejerce en las mujeres, que es un imán para ellas y eso le gusta. Ian busca un cigarro. Le gusta fumar después de tener sexo para intensificar el placer que siente. María lo mira enamorada. Sabe que Ian la está utilizando en el terreno sexual pero ella está demasiado enamorada como para decirle que no. Apoya su cabeza en el torso de él. Lo besa. Es tan guapo. Lo conoce desde hace tanto, ha ido viendo como su cuerpo se ha ido transformando convirtiéndose en un hombre cada vez más espectacular. Empieza a tener buenos pectorales y eso la excita. A Ian le pone cachondo sentirse deseado.

--¿te puedo pedir un favor?

Él habla con el cigarro en la mano. Con su sonrisa seductora. Sabe perfectamente que no le va a decir que no. Ella besa en el torso de él.

--Sabes que sí, todos los que quieras ¿Qué necesitas?

Y María es feliz porque, como ya se han acostado, piensa que le va a pedir algo fuera del terreno sexual.

--Es que mi hermano tiene muchas ganas de estrenarse y he pensando…

María no lo deja acabar. Se levanta y se empieza a vestir. Está decepcionada.

--¡Ni, hablar¡

Él se levanta, está desnudo. Es hermoso y ella queda hechizada, atrapada en ese cuerpo que es capaz de enloquecer a cualquiera.

--¡pídeselo a otra¡

Ella agacha la mirada porque si lo sigue mirando no le podrá decir que no. Ian le pone las manos en las mejillas. Es muy cariñoso con ella. María lo mira a los ojos y sabe que no le podrá decir que no. Ian también lo sabe, por eso la ha elegido porque es la más fácil de convencer.

--Sabes que adoro a mi hermano y no quiero que esté con cualquier puta. Este favor sólo se lo puedo pedir a alguien muy especial y esa eres tú. No me falles –le suplica.




Con una sonrisa y un guiño de ojos, Ian sabe que María está neutralizada.  María se dice así misma que no debe caer pero Ian sabe que ya ha caído.

--No, no –dice triste-- ¿Qué te has creído que soy?

Él es muy dulce y ella está muy enamorada:

--Mi amiga del alma, la persona con la que viví mi primera vez y gracias a ti fue algo mágico y eso es lo que quiero para mi hermano.

María se aparta dolida. Se da la vuelta. Si no lo mira tal vez no caiga hechizada por esa sonrisa, por esa cara de ángel.

--tú no me ves como a una amiga,  me ves como a una golfa que buscas para joder cuando no tienes a otra y ahora quieres que haga lo mismo con tu hermano ¡Eres un descarado¡

Ella habla con dolor. Ian se hace el ofendido:

--Si eso es lo que piensas de mí pues no nos volveremos a ver pero me duele mucho que tengas ese mal concepto de mí.

María lo mira y queda atrapada una vez más. No soporta ver a Ian yéndose triste, además está tan bueno. Ian se enfunda en sus boxers muy muy estrechos y aunque María sabe que se va a arrepentir de eso no soporta perderlo.

--No te vayas.

Ian sonríe con cara de travieso:

--¿te acostarás con mi hermano?

Ella lo besa. Le habla con amor:

--No te das cuenta que has sido el único hombre en mi vida?

--¿Y Daniel?

--me dejé llevar por ti. No ha habido otro.

--claro, conmigo no necesitas a otro. Es normal –dice con orgullo—yo estaré contigo. Le haces el favor a mi hermano y bueno si no disfrutas de él disfrutas conmigo ¿Qué te cuesta? ¿no quieres que yo sea feliz?¿tan poco te importo que no me quieres hacer este favor? ¿No dices que sólo has estado conmigo? Pues demuestra que te importo.

Él la mira fijamente. Sabe cuándo debe usar una mirada dura y cuando debe ser dulce. Es la mirada más dulce que él ha visto en su vida.

--¿Me harás ese favor?

--lo haré.

Y María quisiera que Ian lo abrazara, que fuera dulce con ella pero Ian hace la cita para su hermano y se va. María se queda muy triste. Ian la domina, hace con ella lo que se le da la gana y a Ian le encanta causar ese efecto en las mujeres.

 

Ian llega muy contento a su casa. Joaquín está en la terraza fumando. Ian lo abraza.

--¡Mañana te estrenas¡

Joaquín abre los ojos como platos:

--¿¡cómo?¿¡cuándo?¡

--Es María, te la pasarás muy bien.

Joaquín sonríe con cara de pervertido. Los hermanos se miran con complicidad.

--¿tu amiga? ¡Está buenísima y tiene una cara de enferma del sexo¡

Ian le sonríe fraternal:

----sí, es una fiera. Te gustará.

 

*"Diario de Emilio

¡He visto una aparición¡ ¡¡Es que aún no me puedo creer lo que he visto¡ ¡¡Es el rubio de mis sueños, sí aquel chico guapo al que le limpié la caca y al que perdí la pista hace años, al que me volvió a enamorar hace un mes con sus pedazos de cojones…¡ ¡¡ahora lo tenía delante de mí, ahora no se me escapaba. Es tan guapo, tan hombre, tan guapo… ¡¡es que me encanta¡ ¡¡es el macho de mis sueños… con un hombre así no me importaría morirme si antes he estado en sus brazos¡ ¡¡trabaja en una heladería que hay en el centro, en frente del ayuntamiento. ¡¡Es que no me puedo creer este gran hallazgo¡ ¡¡Ahora ya sé como localizarlo, ahora ya no se me escapa¡ Estaba tan guapo, tan serio… Tan trabajador, estaba colocando las sillas y las mesas en la calle. Culo pequeñito y yo muerto de hambre, de deseo… ¡lo daría todo por un polvo con él¡ ¡¡Es que me encanta este hombre¡
Es que es tan guapo, creo que ya lo dije alguna vez… ¿Qué hace este hombre mezclado con los mortales? ¡¡es un Dios, cómo mínimo tendría que estar en las pasarelas. Lleva jeans, su cuerpo luce impresionante. Culo pequeño pero delicioso. Tenía puesta todas las mesas, faltan las sillas. Ha entrado dejándolo todo a medias. No me lo he pensando y he entrado detrás de él. Me gusta mucho verlo caminar, lástima que estaba oscuro y no se veía bien. Me he tomado una horchata y él se ha quedado todo en el rato en el mostrador que hay en el fondo. A ver si me entero de qué sirve ese mostrador. Ha entrado un hombre con cajas y él se ha ido detrás. Cada semana compro un boleto de lotería a ver si mi suerte cambia, se lo compro a la misma señora que se pone todos los fines de semana en el centro. Hoy ese dinero es el único que llevaba y me lo ha gastado para ver de cerca al hombre de mis sueños, desde luego lo he disfrutado más. Este macho me encanta, es mi favorito. Es que nunca he visto un hombre tan guapo y como me gusta¡”*

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